Estimado Amigo
By Juan MuñozEstimado Amigo..
En la ciudad de Londres, en 1881. Robert Louis Stevenson, a la edad de 31 años, que ya entonces fuera capaz de imaginar una isla llena de tesoros, mientras contemplaba en la pared de su cuarto un pequeño mapa escolar, escribio: “Yo no intento parecer un poeta, tan solo un hombre que habla. No uno que canta. Perdonen esta apologia; pero no quesiera encontrarme delante de gente que saben de musica y hacerles suponer que yo no se la diferencia”.
En la esperenza que la cita anterior me salvaguarde de malentendidos, quisiera añadir que le escribo como cliente o acaso como futuro dueño de una casa que ahora intuyo cercana. Sentado en esta mesa, desde donde le escribo, veo perfectamente la parte del jardin donde se edificara el nuevo pabellon. Entre los arboles. Casi al fonde del jardin. Casi puedo imaginar las dos alturas de su edificio. Le escribo porque a lo largo de los años, de los proximos años, esa casa, su casa, sera mi casa. Porque en ella, transcurrira una parte de mi vida y no quiero algun dia tener que contarme a mi mismo que no escribi esta carta. Quisiera, brevemente, en esta nota, escribirle algunas de las impresiones que he sentido a lo largo de los dias. Dias normales como el de hoy. Permitame hablarle de mi casa y de su casa. Disculpe si un tiempo hablo de mi rabia.
Su pabellon. Un edificio, un construccion, a dwelling, una cas, una pabellon… Las palabras no importan. Lo que importa es la rabia. La rabia que ahora siento. Ahora, de pie. Mirando atraves de este ventana. Entre los arboles. Al fondo del jardin…. Recuerdo, ahora, aquella frase que le dije y con la que buscaba explicarle la casa tal y como yo la vela. Espero me disculpe este: tal y como yo la vela. Recuerdo que, literalmente, le dije: “If I am bore with the life in my house, I may retire in the pavilion and stay there for a while”. No le dije: “ If I am bore with my life in my house”. Debi creer en ese momento o acaso todavia lo crea, ai igual que los amantes aburridos confian en las habitaciones de hotel, que cambiar de casa era tambien cambiar de vida…En algun libro que ahora se ha perdido en los anaqueles de la memorie recuerdo haber leido que los lugares mas memorables ni se refieren a si mismos, ni representan algo fuera de ellos, sino que buscan el encuentro con otra individualidad. Quizas la memoria me traicona y soy yo quien ha pensado en esa imagen del encuentro que ahora se me mezcia con otras tantas. Un pabellon. Un ligar. Un habitacion. Un encuentro. Le digo esto poque no quisiera parecer indiferente a los planos y dibujos que usted me ha enviado esta mañana. Le agradezco the complex ground floor described by esa unica e interminable ventana francesa, repetida por todo el perimetro. Le agradezco ese sutil juego con la memoria.
Am I asking you, with this letter, to build me a house as an allegory? If you think this is so, excuse me for the misunderstanding.
No me preocupa si esa casa, ese lugar, ese edificio es o no es moderno, nuevo o antiguo frente a otros edificios, si sus formas han existido antes o nunca han sido conjugadas de igual manera. Si construir las ventanas es terriblemente dificil… o su interminable repeticion circular es un reflejo de su abrir y cerrar. Lo que me importa, lo que me importa, lo que me parece esencial, es que esa casa… Para mi es… al igual que mi rabia… Necesaria. No sonria. Se lo repetire por si acaso no me ha ententido o no me he explicado bien. Yo no quiero salir de mi casa y cruzar el jardin para encontrar alli lo que no tenia aqui. Cuando me levante de este salon, desde el que ahora escribo para cruzar el jardin y llegar al pabellon, no quiero dejar mi casa como un hombre viejo que se debate entre el deseo y la imposibilidad… me entiende… no… Yo no quiero que usted decore mi imaginacion. Que me de, lo que yo no tengo. No quier un casa que sea un estupido rincon donde esconderse. Yo quiero cruzar, en la noche, este jardin y caminando entre los arboles, acercarme a su edificio y encender las luzes y alli: encontrarmelo.
During the last months and the endless pursuit of hours, we have talked about this project as much as my work as a bussinesman or flemish history. About money the political realm and the music of Schubert? And I have learned that the houses don’t illustrate a clients discourse. I remember that we talked about holding the flours together by the the intertwinining of rooms. I mentioned the functional conexions and you talked about the ceiling as a drawing and a floating volume. And at that moment I could see the the gap between the drawn and the build. Hemos evaluado, conjuntamente, los detalles de interior. Hemos hablado de una dola cama y un solo cuarto de baño. Una cocina para una mesa. Usted dijo: “… ningun armario. Nada donde guardar nada. Una casa como una maleta”. Y a continuacion añadio: “todo acto, de por si transitorio, es una fuga”. Lo recuerdo bien porque, en ese instante, yo pense una fuga… un escape.
Me gustaria pedine que no me construya un espacio asi. Como una maleta: si. Como un escondite: no.
Creo que me entiende. Como un burla de lo visible. Yo deseo una casa que sea todo menos una casa. Algo mas parecido a un edificio construido por un cartografo. Donde cada forma encuentre su razon en otro lugar. En la distancia. Creo que me entendera, si le digo que ese pabellon encuentra su verdadera razon, fuera de el. Exactamente: frente al el. Exactamente en esta ventana desde donde yo miro. En este lugar desde donde yo escribo. So allow me to resume myself.
I do not want you to build me a pavillion that I can retire to, when “I am bore with the life in my house”. I will apreciate if you can change those wordsfor the rage I feel as I remember those words.
As Stevenson said: “Excuse this apology…” but I would like, with these words, to make a rectification to the house. Not an adition but an amendment. I want a house that respires me not one that justifies my cowardness. One that explains, as I walk among the trees at the end of the garden, my desire to move from one house to the other, as a necessary change, not as an act of retreiving.
I will like you to rectify the original project, and build me an encounter. Call it a pavillion, a house, a building, a dwelling, a presence, an encounter, whatever. Excuse the extension of this note and thank you for the record of Alfred Schnittke. I hope to listen it over the weekend.
Original Publication: Juan Muñoz, “My Dear Friend”, in Steven Jacobs, ed., Works in Architecture: Paul Robbrecht & Hilde Daem (Ghent, 1998), pp. 138–9; Other Literature: Juan Muñoz, Louise Neri and James Ling- wood, eds, Silence Please! Stories after the Works of Juan Muñoz (Berlin, 1996).